Sentry kills Ares

No en esta viñeta, por supuesto, sino en esta otra:

Reactive Hulk

Tras leer Dark Reign: The List Punisher decidí darle una oportunidad al resto de los títulos en esta serie y fue así como me encontré hace tan sólo unos minutos atrás con la viñeta superior dónde Norman Osborn dice: “No importa cual encarnación sea, Hulk es principalmente reactivo. Mientras no mates a su perro o te te metas en su cueva (…) no tienes que preocuparte de él”. Esto es justamente uno de los puntos que abordé en el post anterior, y si bien sé que estoy en lo cierto el 99.9% de los casos, es bueno contar con confirmación “desde el lugar de los hechos” y por parte de Greg Pak, además.

Siege #1

El nuevo megacrossover marveliano ya está en marcha, tras Siege se cancelarán todos los títulos relacionados a los Avengers para volver, supongo, bajo una estructura más acorde con la película que Marvel pretende filmar dentro de un par de años.

Todo este asunto partió en Siege: The Cabal #1, a cargo de Bendis en guión, Michael Lark en dibujo (un estilo grim & gritty que le va de pelos al título) y todo el resto. Se trata una vez más de un cómic con el patentado estilo de Bendis llamado a convertirse en un subgénero en sí mismo: personajes superpoderosos que se reúnen a hablar. Todo parte con el diálogo que mantiene Norman “estoy como regadera” Osborn con su otro yo mejor conocido como el Duende Verde a quien parece molestarle que Asgard esté flotando algunos metros sobre suelo americano. Aquí uno se pregunta si no será aquella voz la de Loki realmente, pero no nos adelantemos.

Según recuerdo Asgard había quedado deshabitado luego que los asgardianos se mudaron a Latveria, dónde Doom, que no puede evitar ser un villano de la vieja escuela, comenzó a experimentar con algunos de ellos al más puro estilo Frankenstein. La última vez que lo vi estaba trenzándose a golpes con Thor y no tengo idea como habrá terminado eso pero por lo visto fue razón suficiente para que los asgardianos liderados por Balder empacaran sus cascos cornudos y sus hachas y abrigos de piel de oso y regresaran a Oklahoma justo a tiempo para la invasión que planea Osborn. Pero me sigo adelantando…

En Siege: The Cabal #1, Osborn llama a un meeting de su sociedad secreta (que ya no cuenta con Emma Frost ni Namor), para asegurar la cooperación de Doom, pero éste se niega a menos que Osborn deje tranquilo al ya mencionado rey atlante. Porque Namor es uno de los pocos amigos e interlocutores válidos de Doom, supongo que por su calidad de monarca y similar actitud egocéntrica. Pero Osborn se niega a revertir sus acciones en contra de Namor (que incluyeron revivir a su ex-esposa transformándola en un monstruo devora-atlantes) y como ambos son unos cabezotas, todo termina en una pelea que marca el fin de las relaciones cordiales entre ambos. Queda por saberse quién (o qué) utilizó Osborn para neutralizar a Doom, que en realidad no era Doom sino un Doombot que luego se convirtió en un enjambre de insectos robóticos, pero eso no tiene ninguna relevancia ahora sino lo que viene a continuación:

Dark Reign: The Cabal #1

En la reseña de Dark Reign: The Cabal #1 en CBR, James Hunt dice que la sabiduría convencional comiquera señala que las antologías en cómic ya no funcionan. ¿Funcionaron alguna vez? Claro, en los inicios de la industria no eran la excepción sino la norma. Dos famosos comics-antologías son Detective Comics dónde debutó Batman y Amazing Fantasy en cuyas páginas apareció por vez primera Spider-Man. Otros títulos famosos de Marvel fueron Strange Tales dónde el Dr. Strange y Nick Fury hacían de las suyas y Journey into Mystery con Thor haciendo lo propio. Hoy en día los cómics de este tipo en Marvel no se centran en introducir nuevos personajes sino en contar historias autoconclusivas de superhéroes y villanos ya establecidos sean de primera, segunda o tercera categoría.

En Dark Reign: The Cabal #1 tenemos puro filete con historias dedicadas a villanos como Dr. Doom, The Hood y Loki, anti-héroes como Namor, y la villana reformada Emma Frost, todos miembros por supuesto del Cabal de Norman Osborn o “Anti-Illuminati” como también se les denomina coloquialmente. Puede que los cómics-antología en el clásico modelo ya no funcionen, pero éste sí funciona bastante bien ofreciéndonos varias instantáneas de cada uno de los miembros del cabal de Osborn.

Puede ser que las antologías “funcionen” hoy en día siempre y cuando los personajes sean conocidos y estén desempeñando un rol importante a nivel macro dentro de sus respectivos universos como ocurre con los miembros del Cabal, y esto podría ser cierto si no tuviéramos por otro lado a Marvel Assistant-Sized Spectacular que rescata el espíritu de las antologías de antaño agregándole el modelo de Reality Show. Ambos modelos funcionan y ninguno defrauda, claro que lo hacen en distintos niveles, por supuesto. Pero a Marvel finalmente sólo le importa que cumplan una función: generar mucho dinero y en ese sentido Marvel Assistant-Sized Spectacular es un cómic clase-B. Una antología con la hija de Galactus en estilo manga no puede ser de otra forma.

Dark Reign: The Cabal #1 abre los fuegos con una historia acontecida minutos después de finalizada la primera reunión del cabal, cuando Doom Y Namor quedan solos para discutir sus planes. La fórmula de Doom para con su más cercano aliado es simple: “tú te quedas con el agua, yo con la tierra”. Luego nos adentramos en la mente de Doom y nos damos cuenta cómo jamás piensa en la derrota y tal vez por eso es que casi siempre termina derrotado. Pareciera como si su megalomanía le impidiera desarrollar planes de contingencia. Pero sus razones tiene ya que todo lo que describen Hickman y Granov parece al alcanze de la mano de Doom sin mayor esfuerzo. Tras derrotar a los Dark Avengers y asesinar a Osborn, cuando Namor le pregunta a Doom:”¿qué hay de las mujeres?” (en referencia a Loki y Frost), la respuesta y su correspondiente imagen son absolutamente fenomenales. Sólo por esto Dark Reign: The Cabal #1 se eleva muy alto en mi lista de favoritos. Finalmente me doy cuenta dónde reside el poder de Doom, y es que encarna a todos los comiqueros onanistas que desean apoderarse del mundo y encadenar bellas mujeres a su trono, como yo. Claro que en mi caso prescindiría de Loki.

Secret Invasion: Dark Reign #1

Según Timothy Callahan (de CBR) Bendis ha creado un sub-género que él (Callahan) bautizó como “superhero board room” en el cual un grupo de supertipos (entre los cuales suelehaber más sospecha mutua que confianza)se reúnen en torno a una mesa para hablar. Dark Reign es justamente eso, diálogo y más diálogo lo que no está tan mal ya que es uno de los fuertes de Bendis (no me canso de repetir, si alguien no ha leído Powers, do it now!).

En cuanto a los “Illuminaughties” como les han llamado por ahí… Ya todos sabemos quienes son y ninguno de ellos necesita mayor presentación. La batuta la lleva el nuevo “king of the world” Norman Osborn que hace sólo dos años era un paciente psiquiátrico que babeaba espuma por la boca y era utilizado como peón para desencadenar un conlficto diplomático y posible guerra con Atlantis (su inestabilidad mental es algo que el mismo Osborn admite y que demuestra cómo puede cambiar la personalidad de un personaje dependiendo del escritor de turno).

Convocados a esta reunión están el epítome de la supervillanía: Victor von Doom, el paladín de los antihéroes: Namor, la Miss Universo de los mutantes: Emma Frost, la (ahora) hermanastra de Thor: Loki, y el único personaje con menos de 6 años desde su creación; Parker Robin alias “The Hood” a quién yo llamo de cariño: ‘El Caperucito’.

Este personaje fue creado por Brian K. Vaughan, Kyle Hotz y Eric Powell para The Hood, una serie limitada del imprint Max publicada en seis entregas durante el 2002. Si consideramos que el Caperuzo partió como un ladrón de poca monta y ahora se sienta con la crème de la crème de los villanos Marvel, podemos concluir que el sujeto es alguien que debe ser tomado en cuenta (ni siquiera Wolverine fue capaz de patearle el culo en los New Avengers). Y todo se lo debemos a Bendis, de no ser por él The Hood hubiese caído en el limbo de los segundones como tantos otros. No que esto sea gran mérito, si yo escribiese 100 títulos mensuales seguramente haría más de alguna cosa bien.